Friday, February 24, 2012

Placer sexual de las mujeres

En una tienda de antiguedades en Lima, ví a una cama de bronce del Siglo XIX . De la cabecera salían unos clavos, con la punta para afuera.
Pregunté la razón de dichos clavos.
Respuesta del vendedor : Cuando la señora en posición de misionero estaba haciendo el amor con su esposo, y comenzaba sentir placer, se clavaba sus manos , valga la redundancia en los clavos salientes de la cabecera de la cama.
El dolor la regresaba de los placeres lujuriosos, evitando la Eterna Condenación de su alma.
El sexo para una señora católica decente sólo tenía dos propósitos.
a) Satisfacer a los instintos animales de su esposo.
b) Tener descendencia.

9 comments:

  1. Hay que reconocer la evolución del pensamiento católico en este tema durante el ultimo siglo.

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  2. Corría el año de 1962, cuando Kennedy ordenó el bloqueo de Cuba a consecuencia de la Crisis de los Misiles, y yo me hallaba interno en el Colegio de La Inmaculada de Gijón, regido por los Padres Jesuitas. En aquel tiempo yo era un inocente niño de 10 años recién cumplidos al que meses antes le habían dicho que los Reyes Magos eran los padres (los biológicos, no los curas).
    A los pocos días de llegar estaba en la iglesia del colegio y fui a confesar con el P. Gutiérrez, a quien apodábamos “La Lechuza” por su nariz ganchuda y ojos enmarcados en unas enormes y negras gafas redondas dotadas con lentes divergentes de alta graduación que reducían el diámetro de sus ojos al tamaño de dos puntos obscuros que parecía que te miraba a través del ojo de una cerradura.
    Después de contarle “mi lista de pecados”, tales como decir “caca, pedo, moco, culo, pis”, mi alma se vio sacudida por la retahíla de obscenidades que empezó a soltar en forma de pregunta-acusación. ¡Jamás en la vida había oído tales aberraciones hasta aquel entonces!. No entendía nada de lo que me preguntaba no porqué me lo preguntaba.
    En mi atribulada confusión, al negar con voz temblorosa por el terror, “los cargos” que me imputaba, aumentaba la presión psicológica hasta conseguir arrancarme un si que soltaba, no por el sentimiento de una colpa que no tenía, sino por el deseo de verme libre de aquel verdugo con sotana.
    El miedo y la vergüenza me impedía contarlo a mis padres o a otro sacerdote. Como iba todas las semanas a confesar, la carga erótico-pornográfica de sus preguntas iba aumentado en fuerza e intensidad. Cada vez me iba sintiendo más degradado. Por las noches en el dormitorio las preguntas regresaban dando vueltas en mi cabeza mientras mis manos, deslizándose sobre mi cuerpo se dirigían hacia la “zona prohibida” para realizar “las sugerencias de autoerotismo que aquel pervertido me inducía a realizar desde el Tribunal de La Penitencia.

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  3. Cuando, en vacaciones de navidad, llegó a casa una carta del Padre Rector diciendo que se me expulsaba del colegio por mi inadaptabilidad al sistema y, por tanto, ya no podía ir al siguiente trimestre, aunque ello supuso un “motivo de vergüenza” para mis padres, ahora veo claramente que fue La Mano de Dios la que me arrancó de las “Garras Sacramentales” de aquel Corruptor de Menores, el cual ya se encuentra en “su justo lugar”.

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  4. ¡Bienvenido Ariel, y gracias por tu testimonio! Me pongo en tu lugar amigo. Debe haber sido muy traumatizante. Felizmente te expulsaron de ahí. Algo similar me contó una amiga española,con el agravante que se sentía muy sucia escuchar todo aquello.
    Pero estoy seguro, que casos así son minoría en los centros educativos católicos. Y el celibato (aunque es otro tema) de los curas no les ayuda para nada deserotizar su mente, sino todo lo contrario.

    Un abrazo ARIEL.

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  5. Sobre ese tema de los internados y los curas de postguerra,leí una novela de Jesús Maria Amilibia "Los fantasmas de barro",bastante ilustrativo.

    Sobre los clavos ...no dejan de ser una especie de cilicios adosados a la cama. No me consta que fueran obligatorios ni unos ni otros.

    saludos

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  6. "No me consta que fueran obligatorios ni unos ni otros."

    Ja, ja,ja Fede. ¡Ni que fueras tan viejo!

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  8. para mi modo de ver la confesión es un acto de represión, itentando así dominar el pensamiento y conductas humanas. Ariel, es detestable lo que la mente de ese tipejo te produjo. Tuviste la suerte de ser apartado de ese antro de perdición.

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