Wednesday, March 7, 2012

Negocios son negocios


o ni tanto...

Tenía yo unos 23 o 24 años, y ya poseía mi pequeño negocio, pero seguía viviendo en la casa de mi Padre (de bendita memoria). Naturalmente no aportaba ni medio para los gastos. Ni se me ocurría, ni mi padre me lo pedía, ni había necesidad. Mi padre no era rico, pero si vivimos cómodamente. Da la casualidad que  trabajamos en un rubro similar y que yo compraba cosas a mi padre, aunque él no era mi único proveedor. Mi padre era un cobrador implacable. Si la cuenta  sumaba digamos s/501.20 no se conformaba recibir los 500 soles (a veces me faltaban monedas para completar) sino que me exigía el restante. Si no los tenía, no me cancelaba la factura, sólo ponía una nota de "a cuenta". Entre mi renegaba ¡Que tacaño es mi viejo, no me perdona ni un sol, ni un centavo!
Una noche, al llegar a mi cuarto veo al pie de la cama  una caja de zapatos nuevos con una nota:  Pruebalos, si no te quedan mañana los podemos cambiar. Hm...era un día cualquiera, no había motivo para dar regalos.
Los zapatos me quedaron  muy bien, y en el desayuno, después  de agradecerlos, le dije a mi Padre:

-Papa no te entiendo sinceramente. Eres implacable en cobrarme hasta un sol, y anoche me regalaste unos zapatos  que como mínimo te costaron   cien. ¿Por que,  como es eso? Sabes que trabajo, no necesito que me regales calzado.
-Son cosas totalmente diferentes me contestó. Cuando  te cobro este sol o fracción, estoy pensando en ti como en un cliente cualquiera. Además tu sabes que te hago un descuento adicional a la hora de vender.
Pero cuando ayer vi estos zapatos en el escaparate, pensé en ti como en un HIJO.

Así razonaba mi Padre. ¡ Descanses en paz mi  viejo!

14 comments:

  1. Que lindo relato!Una excelente leccion.

    ReplyDelete
  2. Hombre de fuerte personalidad y mucho amor de padre. Cuando lo recuerdas, sigue vivo.

    ReplyDelete
  3. Esto es educar, saber diferenciar lo que es un hijo del hombre. Las responsabilidades que debemos asumir como personas y el cariño que debemos dar y recibir como hijos. Una buena lección.
    Pero me temo que en estas épocas solo queda en relato, la mayoría de las veces.
    ESTRELLA DEL SUR

    ReplyDelete
  4. Gracias Cololita 244, Nomi Y Estrella del Sur porsus lindas palabras. Un abrazo para los/as* tres.


    *Aunque sospecho que Cololita es una dama.

    ReplyDelete
  5. Si no me hablas en pesetas,me pierdo.

    ReplyDelete
  6. Ja,ja,ja. Lo siento. Vivo en el Perú,de pesetas ni idea.

    ReplyDelete
  7. Pues se te entiende todo para ser extranjero...

    ReplyDelete
  8. Hermoso recuerdo,Atti, y narrada así, parece un cuento de Navidad.....jeje.....y siempre es gratificante. Si tienes más anécdotas de tu padre.......ya puedes ir contándolas.......
    Un muacks !

    ReplyDelete
    Replies
    1. Si tengo algunos anécdotas de mi padre Bettina. Pero no son tan bellos, son de la II Guerra Mundial. A ver si mañana pongo el primero de la trilogía.


      Besines

      Delete
  9. Qué recuerdos maravillosos.
    Me alegra haberte conocido, pones en mi vida una nota de nostalgia
    y agradecimiento.
    Azteca.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Muchas gracias por tus lindas palabras para conmigo Azteca. Espero no defraudarte nunca.


      Muak

      Delete
  10. This comment has been removed by the author.

    ReplyDelete
  11. Bella historia, gracias por compartir

    ReplyDelete