Y pensar que todo empezó tan lindo. Estaba
soñando.
Estaba soñando que era joven de nuevo.
Soñaba que era soldado de nuevo.
Soñaba que era el quinto día de la guerra, 9 de Junio de 1967.
Soñé que que estaba montado en la semi-orruga, bien sujetado al ingenio de 4 ametralladoras de 1/2 pulgada.
Soñé que la columna de semi-orrugas y tanques estaba en movimiento camino a Bir Gafgafa.
Soñaba que el desierto cobraba vida, que todo fluía y que todo era bello.
Soñaba que de lejos se escuchaba explosiones.
Soñé que el viento mezclado con arena fina me golpeaba la cara.
Soñé que instintivamente me tapé con el pañuelo beduino que me regaló días atrás mi hermano Bashir.
Soñaba que El Djinji (pelirojo) me dijo: ¡Saca esto que pareces un fedayin!
Soñaba que no le hacía caso.
Y estaban ahí todos mis compañeros. Shahar el conductor, Francisco el "mapuche", El Djindji, Bashir el "bedu" (diminutivo cariñoso de badawi, el beduino), Mircea, mi paisano apodado "zaken/viejo, Shlomo un nativo israelí apodado Ha Melej, el Rey y por último Zeev, el carterista de Yaffo, llamado "etzba, el dedo, referencia a su "profesión".
Soñé que todos cantamos fuerte, para superar el escandaloso ruido de los motores.
Soñé que estaba muy feliz.
Entonces de golpe me di cuenta de algo y grité:
-¡No puede ser! Todos vosotros estáis muertos! ¿Qué hago yo aquí, me habré muerto también?
Se hizo un silencio absoluto por algunos momentos. Hasta que Mircea dijo:
-Estás en un error. Nosotros no estamos muertos. Vivimos en tu memoria y el de los familiares y amigos. El muerto eres tu, que tuviste una vida mediocre. El día que mueras de verdad, muy pocos se acordarán de ti.
¡Nooooooo! grité y rompí en llanto. ¡No puede ser! Y lloré y lloré.
En esto me despierto bruscamente. Ya estaba amaneciendo afuera. Mi almohada estaba mojada de lágrimas.
Al serenarme, me acordé: Es Yom ha Zikaron le Halaley Tzahal (Día de Recuerdo por los caídos de Tzahal.)
Mis siete amigos y hermanos son sólo una pequeña parte del total de 22 mil 993 soldados de Tzahal. Hombres y mujeres, judíos, cristianos, drusos y musulmanes. 43 años después de licenciarme cada vez que leo la muerte de un soldado israelí, aún me duele como si hubiera sido mi familiar. Es que todos somos una gran familia le olam va ed (para siempre jamás).
Hoy me desperté llorando.
Amén.
Estaba soñando que era joven de nuevo.
Soñaba que era soldado de nuevo.
Soñaba que era el quinto día de la guerra, 9 de Junio de 1967.
Soñé que que estaba montado en la semi-orruga, bien sujetado al ingenio de 4 ametralladoras de 1/2 pulgada.
Soñé que la columna de semi-orrugas y tanques estaba en movimiento camino a Bir Gafgafa.
Soñaba que el desierto cobraba vida, que todo fluía y que todo era bello.
Soñaba que de lejos se escuchaba explosiones.
Soñé que el viento mezclado con arena fina me golpeaba la cara.
Soñé que instintivamente me tapé con el pañuelo beduino que me regaló días atrás mi hermano Bashir.
Soñaba que El Djinji (pelirojo) me dijo: ¡Saca esto que pareces un fedayin!
Soñaba que no le hacía caso.
Y estaban ahí todos mis compañeros. Shahar el conductor, Francisco el "mapuche", El Djindji, Bashir el "bedu" (diminutivo cariñoso de badawi, el beduino), Mircea, mi paisano apodado "zaken/viejo, Shlomo un nativo israelí apodado Ha Melej, el Rey y por último Zeev, el carterista de Yaffo, llamado "etzba, el dedo, referencia a su "profesión".
Soñé que todos cantamos fuerte, para superar el escandaloso ruido de los motores.
Soñé que estaba muy feliz.
Entonces de golpe me di cuenta de algo y grité:
-¡No puede ser! Todos vosotros estáis muertos! ¿Qué hago yo aquí, me habré muerto también?
Se hizo un silencio absoluto por algunos momentos. Hasta que Mircea dijo:
-Estás en un error. Nosotros no estamos muertos. Vivimos en tu memoria y el de los familiares y amigos. El muerto eres tu, que tuviste una vida mediocre. El día que mueras de verdad, muy pocos se acordarán de ti.
¡Nooooooo! grité y rompí en llanto. ¡No puede ser! Y lloré y lloré.
En esto me despierto bruscamente. Ya estaba amaneciendo afuera. Mi almohada estaba mojada de lágrimas.
Al serenarme, me acordé: Es Yom ha Zikaron le Halaley Tzahal (Día de Recuerdo por los caídos de Tzahal.)
Mis siete amigos y hermanos son sólo una pequeña parte del total de 22 mil 993 soldados de Tzahal. Hombres y mujeres, judíos, cristianos, drusos y musulmanes. 43 años después de licenciarme cada vez que leo la muerte de un soldado israelí, aún me duele como si hubiera sido mi familiar. Es que todos somos una gran familia le olam va ed (para siempre jamás).
Hoy me desperté llorando.
Amén.
Tiene que quedar alguien para recodar sus hazañas, su valentia y su entrega. Lehaim, Por la vida.
ReplyDeleteSimy
"hazañas, su valentia y su entrega." Nada de eso querida. Sólo cumplí con mi deber,como otros miles de soldados, desde general hasta el raso.
ReplyDeleteMuak
P.D. Le haim!
Hay que recordar para que no vuelva a suceder Amir....hermoso sueño....triste pero ahí estanan contigo en tan significado dia...vineron a verte!!!
ReplyDeleteVicky....besitos amigo!!!
Si pudieramos elegir libremente el excenario de nuestros sueños, seríamos algo mas félices, sobre todo en el momento de nuestro descanso y que no suene el despertador.
ReplyDeleteUn saludo Amir, estuve estos días por el País Vasco buscando trabajo, no puede aceeder tanto a internet.
Un saludo.
Pta: Cuando sueñes otra vez, invitame a ese tu sueño... que yo me voy con vosotros a defender Israel.
Hablaremos a tu regreso Antonio.
ReplyDeleteUn abrazo
Amir
GLORIA A LOS CAIDOS EN DEFENSA DE ISRAEL. LA TIERRA DE LA LECHE DE LA MIEL , DEL PUEBLO DEL LIBRO!!!
ReplyDeleteQue fuerte Amir, eres todo un heroe de tu pueblo. En verdad te admiro.
ReplyDeletePara nada héroe Frank. Sólo cumplí con mi deber, como otros casi cien mil soldados.
ReplyDeleteHay un dicho en hebreo: "Pa'am jayal, tamid jayal." Una vez soldado siempre soldado. Pregunta a tu padre,el significado.
Somos un pueblo en armas.
Muy bello tu escrito Amir, y mas bello aun porque fue un sueno...saludos
ReplyDelete