Wednesday, April 4, 2012

Huyendo del Infierno


Como os conté ayer, mi Padre (de bendita memoria) ha sido movilizado por los húngaros en la II Guerra Mundial. Por su condición de judío, se le asignó a un batallon “especial ". En castellano Batallones de Servicio de Trabajo que parecían batallones de castigo. Sin armas, haciendo los trabajos más difíciles y peligrosos, a merced de guardias armados húngaros dueños de la vida y / o muerte de sus miembros. En honor a la vedad, no todos integrantes eran judíos. Habían más o menos un 10 % de comunistas y otros 10% de delincuentes húngaros "arios" también. Delincuentes de la peor calaña, asesinos, asaltantes, violadores...etc. etc. 
Cansados de casi tres  años de servicio, limpiando campos de minas, aguantando el mal trato de los guardias  mi padre  junto con tres judíos más se decidieron desertar. 
Mi padre sabía algo de eslovaco, así que lo nombraron líder y traductor del grupo. 
En una de las muchas retiradas, en el verano de 1944 aprovechando el paso del batallón en una zona boscosa , los cuatro se escondieron , no se replegaron con el resto del batallón, a la espera de los Libertadores Rusos. 
Después de unas horas, salieron de su escondite, y se fueron en busca de ellos. 
Al rato, se encontraron con una patrulla de avanzada, liderada por un cabo. 
Con las manos bien arriba y ondeando un calzoncillo " blanco ", tan blanco que parecía de color plomo se rindieron. 
Una vez escuchado  con una expresión desinteresada la explicación dada por mi padre, en eslovaco el cabo de repente golpeo fuertemente con la culata de su fusil en el estómago de mi desprevenido progenitor  y una vez el  suelo, retorciéndose del dolor, el cabo le escupió encima diciendo : 
" Por culpa vuestra  malditos cerdos judíos estamos en guerra con los alemanes." 
Después de deliberar con sus hombres un par de minutos, sobre si ejecutaban a los cuatro en el acto , temiendo ser descubiertos por causa de los disparos por alguna patrulla húngara de la retaguardia, decidió "perdonarles "la vida”. Recordemos, eran una patrulla de reconocimiento, con órdenes estrictas de no entrar en combate, salvo si eran atacados. Su misión principal era recolectar información. 

No antes de asegurar que eran judíos, haciéndoles bajar los pantalones ,para ver si estaban circuncidados o no. 
Pasado la prueba a satisfacción, les hizo amarrar de manos, y enviarles a la comandancia de su batallón no antes de advertirles que el soldado tenía orden de dispararles a matar, a la primera sospecha.
En la Comandancia al fin tuvieron suerte. Les atendió un sargento judío. Con él ya podían comunicarse bien, en yiddish. Lo primero que les dijo no mencionar el maltrato recibido del cabo de la patrulla, para evitar represalias de los antisemitas del batallón y posteriormente del campo de prisioneros. A tres de ellos les envió ahí. 
A mi padre recomendó enviar, cosa que hicieron, al Cuartel General del III Frente Ucraniano, para un curso acelerado de ruso ,para luego incorporarlo al Ejército Rojo, como guía y traductor en vista que el avance ruso estaba cerca a Rumanía , cuya lengua mi padre hablaba bien como al húngaro.. Al fin ahí ya recibió un trato mucho mejor, atención médica , alimentos . 
Mañana la última parte titulado: Con el uniforme del Glorioso Ejército Rojo.




4 comments:

  1. Impresionante relato, Amir
    ¿Te planteas recopilar todos estos relatos?
    Es que la memoria parece que se está perdiendo.
    Acabo de leer lo de Günter Grass...
    Un abrazo y que me encanta el blog.
    Luigi.-

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  3. Gracias Luigi, gracias Sevilla Opina por vuestras visitas.

    Otr abrazo para ambos.

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