Juego de naipes para
OCULTAR la identidad judía
Por Art Benveniste
Por Art Benveniste
Adaptado de un artículo en HaLapid, Verano de 1999
En su presentación ante la
Conferencia SCJS de 1999, en Los Angeles, Seth Ward contó acerca de una mujer
del norte de Nuevo México, a quien había entrevistado.
Ella estaba describiendo
las prácticas criptojudías de su familia y relató su juego de naipes, cada
mes de septiembre, con su abuela. Jugar a los naipes era un ritual anual de la
familia que estaba relacionado, de alguna manera, con las Altas Fiestas Judías.
Me recordó una historia
contada por el rabino Baruj Garzón, de España: Hace varios años, la comunidad
judía de España quería comprar un terreno en la zona de Barcelona, para un
campamento de verano judío. El rabino Garzón condujo hasta allí desde Madrid,
para negociar con el propietario. Fue a finales de septiembre. El precio fue
convenido y el rabino le dijo al propietario que iba a volver a Madrid para
hablar con la Junta de Directores y que podrían firmar los papeles a la semana
siguiente.
De vuelta en Madrid esa noche, Garzón recibió una llamada del hombre de Barcelona. El propietario le dijo que había ciertos días de la semana siguiente en los cuales no podría firmar los papeles. El rabino tomó nota de las fechas y se fue a la cama. Al día siguiente estaba a punto de poner las fechas en su calendario, cuando se dio cuenta de que coincidían con las Altas Fiestas Judías. Llamó a Barcelona y preguntó por qué el hombre no podía firmar en esas fechas. Se le dijo que la familia del hombre tenía un "extraño" calendario y que había algunos días de cada año cuando no trabajaban ni manejaban dinero. El rabino preguntó qué hacía la familia en esos días. Se le dijo que jugaban a los naipes. Al controlar el extraño calendario del hombre para los años siguientes, encontró que los días siempre caían en las Altas Fiestas. El hombre no tenía ninguna explicación para el juego de naipes.
De vuelta en Madrid esa noche, Garzón recibió una llamada del hombre de Barcelona. El propietario le dijo que había ciertos días de la semana siguiente en los cuales no podría firmar los papeles. El rabino tomó nota de las fechas y se fue a la cama. Al día siguiente estaba a punto de poner las fechas en su calendario, cuando se dio cuenta de que coincidían con las Altas Fiestas Judías. Llamó a Barcelona y preguntó por qué el hombre no podía firmar en esas fechas. Se le dijo que la familia del hombre tenía un "extraño" calendario y que había algunos días de cada año cuando no trabajaban ni manejaban dinero. El rabino preguntó qué hacía la familia en esos días. Se le dijo que jugaban a los naipes. Al controlar el extraño calendario del hombre para los años siguientes, encontró que los días siempre caían en las Altas Fiestas. El hombre no tenía ninguna explicación para el juego de naipes.
El Juego de Naipes Disfraza
la Oración
El rabino explicó que, durante la época de la Inquisición, los judíos secretos se reunían para orar sentándose alrededor de una mesa con naipes sobre la mesa y libros de oración sobre sus regazos. Cuando los extraños pasaban por ahí, jugaban a los naipes y cuando estaban solos, volvían a los libros de oración.
En abril pasado repetí esta historia en una charla que di en Tucson, Arizona. Mi presentación fue reseñada en el Tucson Jewish Chronicle.
El rabino explicó que, durante la época de la Inquisición, los judíos secretos se reunían para orar sentándose alrededor de una mesa con naipes sobre la mesa y libros de oración sobre sus regazos. Cuando los extraños pasaban por ahí, jugaban a los naipes y cuando estaban solos, volvían a los libros de oración.
En abril pasado repetí esta historia en una charla que di en Tucson, Arizona. Mi presentación fue reseñada en el Tucson Jewish Chronicle.
Poco después el Chronicle
recibió una carta de Emma Moya de La Herencia del Norte de Nueva Mexico.
Decía:
En Nuevo México los naipes se llaman Barajas y en otras zonas del suroeste los naipes se llaman Cartas. Nuestra Academia Hebraica de Albuquerque ha investigado y registró la siguiente información, que puede o no relacionarse con la declaración del Sr. Benveniste en la crónica: La palabra "baraja" alude a la palabra "Brajá", que significa "bendición" en hebreo.
En Nuevo México los naipes se llaman Barajas y en otras zonas del suroeste los naipes se llaman Cartas. Nuestra Academia Hebraica de Albuquerque ha investigado y registró la siguiente información, que puede o no relacionarse con la declaración del Sr. Benveniste en la crónica: La palabra "baraja" alude a la palabra "Brajá", que significa "bendición" en hebreo.
Además, recientemente
recibí un correo electrónico de Judith Crystal Pirkle, quien describió sus
costumbres familiares.
Decía:
Todas las historias que me fueron transmitidas por mi madre y su familia, todas verificadas. También la costumbre de jugar a los naipes en la víspera del sábado, (Erev Shabat) fue transmitida a través de nuestra familia. Cuando los soldados mexicanos inspeccionaban las casas en la noche del viernes, para asegurarse de que nadie estuviera observando el Shabat, los criptojudíos jugaban a los naipes y contaban historias de la Torá utilizando los naipes; se colocaba un grueso mantel sobre la mesa con una vela grande encendida; a la hora de acostarse, la vela se colocaba debajo la mesa, para que no fuera vista por las ventanas.
Desde entonces, he recibido varios otros ejemplos de criptojudíos que usaban el juego de naipes como una estratagema para ocultar una conmemoración de los rituales judíos.
Todas las historias que me fueron transmitidas por mi madre y su familia, todas verificadas. También la costumbre de jugar a los naipes en la víspera del sábado, (Erev Shabat) fue transmitida a través de nuestra familia. Cuando los soldados mexicanos inspeccionaban las casas en la noche del viernes, para asegurarse de que nadie estuviera observando el Shabat, los criptojudíos jugaban a los naipes y contaban historias de la Torá utilizando los naipes; se colocaba un grueso mantel sobre la mesa con una vela grande encendida; a la hora de acostarse, la vela se colocaba debajo la mesa, para que no fuera vista por las ventanas.
Desde entonces, he recibido varios otros ejemplos de criptojudíos que usaban el juego de naipes como una estratagema para ocultar una conmemoración de los rituales judíos.
Cortesía de Bernardo Szmuch
No hay duda: ¡No se puede confiar de los judíos, ja, ja, ja!
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